Beata Josefa Naval Girbés

Oficio Propio Carmelita – 6 de Nov.

Beata Josefa Naval Girbés,
Virgen del Carmelo Seglar

Josefa Naval Girbes nació en Algemesi, Archidiócesis de Valencia, España, el 11 de diciembre de 1820. Desde la adolescencia se consagro al Señor con voto perpetuo de castidad. Recorrió el camino de la oración y de la perfección evangélica en una vida de sencillez y de ardiente caridad. Se dedico con generosidad a las obras de apostolado en el ambiente de la comunidad parroquial. Hizo de su casa un taller y una escuela de oración y de virtudes evangélicas, donde se formaron numerosas jóvenes y mujeres en la sabiduría humana y espiritual. Fue miembro de la orden tercera de la Virgen del Carmen y de Santa Teresa de Jesús, profesando intima devoción a la Virgen, Madre de Dios. Murió piadosamente el 24 de febrero de 1893. Su cuerpo se conserva en la Iglesia parroquial de San Jaime, de su ciudad natal.

Del común de las vírgenes.

Oficio de lectura

Segunda Lectura

Del Decreto para la canonización de la sierva de Dios Josefa Naval Girbés
(Valencia, 3 de enero de 1987)

La sierva de Dios tuvo a su parroquia como madre en la fe

Como las parroquias “de alguna manera representan a la Iglesia visible establecida por la tierra”, la sierva de Dios tuvo a su parroquia como madre en la fe y en la gracia, y, en cuanto tal, la amo y la sirvió con humildad y espíritu de sacrificio. Por ello, mostraba sincera veneración a su párroco y se confió a su dirección espiritual; atendía a la confección, conservación y limpieza de los ornamentos litúrgicos y al adorno de los altares; todos los días acudía a la iglesia parroquial para participar en el sacrificio eucarístico, pero se distinguió sobre todo, por su apostolado inteligente y fecundo, que siempre desarrollo de acuerdo con sus pastores, a los cuales profesaba absoluto respeto y obediencia.

Convencida como estaba de que los cristianos deben ser sal de la tierra y luz del mundo, no se contento con practicar las virtudes en su casa, sino que quiso cumplir plenamente el mandato del Señor, que dijo; Alumbre así vuestra luz a los hombres para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que esta en el cielo; pues buscaba todas las oportunidades para anunciar a Cristo de palabra y con las obras tanto a los no creyentes, para atraerlos a la fe, como a los fieles, para instruirlos, confirmarlos en la misma y estimularlos a un mayor fervor de vida. Con esta intención enseñaba a los pobres, aconsejaba a cuantos acudían a ella, restauraba la paz en las familias desunidas, para las madres organizaba en su casa reuniones con el fin de ayudarlas en su formación cristiana, encaminaba de nuevo en la virtud a las mujeres que se habían apartado del recto camino y amonestaba con prudencia a los pecadores. Pero la obra en la que centraba, sobre todo, sus cuidados y energías fue la educación humana y religiosa de los jóvenes, para quienes abrió en su casa una escuela gratuita de bordado, en el que era muy entendida. Aquel taller se convirtió en un centro de convivencia fraterna, oración, alabanza a Dios y explicación y profundización de la Sagrada Escritura y de las verdades eternas.

Con afecto maternal la sierva de Dios fue para sus discípulas una verdadera maestra de la vida, modelo de fervoroso amor a Dios, lámpara que daba luz y calor. Les dio innumerables ejemplos de fe viva y comunicativa, de caridad diligente y alegre sumisión a la voluntad de Dios, y de los superiores, así como también de máxima solicitud por la salvación de las almas prudencia singular, practica constante de la humildad, pobreza, silencio y paciencia en las contrariedades y dificultades. Era notorio el fervor con que cultivaba la vida interior, la oración, la meditación, la aceptación de las molestias y su devoción a la Eucaristía, a la Virgen Maria y a los santos. E este modo contribuyo eficazmente la sierva de Dios al incremento religioso de su parroquia.

RESPONSORIO FLP 4, 8-9

R Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, ponedlo por obra. *Y el Dios de la paz estará con vosotros.

V Todo lo que es virtud o merito, tenedlo en cuenta. * Y el Dios de la paz estará con
vosotros.

ORACION

Oh Dios, que pusiste en el mundo la fuerza del Evangelio como fermento de renovación; concede a los fieles dedicados a las cosas seculares para cumplir tu voluntad, que, por la intercesión y con el ejemplo de la beata Josefa Naval, instauren sin descanso ti reino mediante el ejercicio de sus deberes temporales, con fervoroso espíritu Cristiano. Por nuestro Señor