Oficio Propio Carmelita – 11 de Dic.
BEATA MARIA MARAVILLAS DE JESUS
VIRGEN DE NUESTRA ORDEN
VIRGEN DE NUESTRA ORDEN
Nació en Madrid en el año 1891. Ingreso en las carmelitas descalzas de El Escorial (Madrid), el 12 de octubre de 1919. En 1924, apremiada por una inspiración divina, funda un Carmelo en el Cerro de los ángeles, junto al monumento del Corazón de Jesús. A esta fundación siguieron otras nueve en España y una en la India. Concedió siempre la primacía a la oración y a la inmolación. Tenia verdadera pasión y celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas. Desde la clausura, y viviendo una vida pobre, socorrió a los necesitados fomentando iniciativas apostólicas y obras sociales y caritativas. Ayudo de manera particular a su Orden, a los sacerdotes y a diversas congregaciones religiosas. Falleció en el monasterio de la Aldehuela (Madrid), el 11 de diciembre de 1974.
Del común de vírgenes, o de santas mujeres, para los religiosos.
Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De las cartas de la beata Maria Maravillas de Jesús, Virgen. (Cartas a sus directores espirituales: 305,254,101,158 bis 80, años 1927 1938)
Mis delicias son estar con los hijos de los hombres
Ayer domingo, al subir la escalera para ir al coro alto a la misa cantada, recogida, si, pero sin ningún pensamiento particular, oí claramente dentro de mi: Mis delicias son estar con los hijos de los hombres. Estas palabras que me impresionaron fuertemente, entendí no eran en este caso para mi sino como una especie de petición que el Señor me hacia para que me ofreciera toda entera por darle esas almas que el tanto desea. Vi claramente no se como, la fecundidad para atraer las almas a Dios de un alma que se sacrifica, y tan hondamente me conmovió todo esto, que con toda el alma me ofrecí al Señor, a pesar de mi pobreza, a todos los sufrimientos de cuerpo y de alma, con este fin. Me pareció entonces que ese ofrecimiento estaba bien, pero que lo importante únicamente era abandonarme a la divina voluntad, entera y completamente, para que hiciese en mi cuanto quisiera y aceptara del mismo modo el dolor que el gozo. Me pareció entender que no era lo que le agradaba lo que fuera el mayor sacrificio, sino el cumplimiento exacto y amoroso de esa voluntad, en sus menores detalles. En esto entendí muchas cosas que no se decir, y como quería fuese muy delicada en este cumplimiento, que me llevaría muy lejos en el sacrificio y en el amor.
Me ofrecí de tal modo, que nada exceptuaba, ni siquiera el infierno, si allí se pudiese estar amando al Señor, pero luego soy tan cobarde.... El Señor lo remedie, que yo no puedo mas que entregarme a el, con toda mi miseria. He vuelto a sentir ese como deseo de entregarme por las almas y serle fiel para este fin: pensando en lo que el había hecho por ellas, me parecía me decía que no puedo hacer mas, pero que por mi medio podría. Me parece al sentir este inmenso deseo del Señor de la salvación de las almas, que es espantoso no acabar de entregarse a Dios, para que el pueda hacer del todo su obra en el alma, y así hacerla, a pesar de su pobreza, fecunda para darle lo que el desea. Cada vez se presenta a mi alma mas claramente como nada tiene importancia de lo mío, sino solo el que el Señor sea glorificado.
¡Que tesoro me ha dado el Señor al darme esta vida del Carmelo! Todo esta en ella dispuesto con tal sencillez, pero de tal modo, que con vivirla a fondo podría hacerlo todo. ¿Cómo podremos vivir en la casa de la Virgen, agradar con ella al Señor, sin imitarla, como la santa Madre deseaba? Sentí como este es el camino de la carmelita, a ejemplo de Maria, como tenemos que achicarnos, ser de veras pobres, sacrificadas, humildes, nada. Sentí muy profundamente como Jesús nos da en su vida continuos ejemplos de sacrificios, de humillación, de empequeñecernos, y no lo entendemos; sentí su misericordia y el celo de las almas por este camino, que aquí esta la fuerza que, por su misericordia, puede tener nuestra vida. Que en esto, con su gracia, bien podría yo, tan pobre absolutamente de todo, imitarle con mas facilidad que otras criaturas. Me parecía también entender que muchas de estas luces no me las daba solo para mi, sino para poder guiar a mis hermanas. Lo único que hago es, multitud de veces al día, decir al Señor que solo quiero vivir para amarle y agradarle, que quiero todo cuanto el quiera y como el quiera.
RESPONSORIO Cf. Mt. 25,1.2.10:Sal 118,16;39,9
R. Virgen prudente, a quien el esposo encontró velando, con la lámpara encendida.* Entra en el banquete de las bodas eternas.
V. Tu voluntad es mi delicia, llevo tu ley en las entrañas. *Entra en el banquete.
Oración
Oh Dios, que atrajiste a la beata Maria Maravillas de Jesús a los secretos del corazón de tu hijo, concédenos, por su intercesión y ejemplo, que, experimentando las delicias de tu amor, cooperemos a la salvación de las almas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Del común de vírgenes, o de santas mujeres, para los religiosos.
Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De las cartas de la beata Maria Maravillas de Jesús, Virgen. (Cartas a sus directores espirituales: 305,254,101,158 bis 80, años 1927 1938)
Mis delicias son estar con los hijos de los hombres
Ayer domingo, al subir la escalera para ir al coro alto a la misa cantada, recogida, si, pero sin ningún pensamiento particular, oí claramente dentro de mi: Mis delicias son estar con los hijos de los hombres. Estas palabras que me impresionaron fuertemente, entendí no eran en este caso para mi sino como una especie de petición que el Señor me hacia para que me ofreciera toda entera por darle esas almas que el tanto desea. Vi claramente no se como, la fecundidad para atraer las almas a Dios de un alma que se sacrifica, y tan hondamente me conmovió todo esto, que con toda el alma me ofrecí al Señor, a pesar de mi pobreza, a todos los sufrimientos de cuerpo y de alma, con este fin. Me pareció entonces que ese ofrecimiento estaba bien, pero que lo importante únicamente era abandonarme a la divina voluntad, entera y completamente, para que hiciese en mi cuanto quisiera y aceptara del mismo modo el dolor que el gozo. Me pareció entender que no era lo que le agradaba lo que fuera el mayor sacrificio, sino el cumplimiento exacto y amoroso de esa voluntad, en sus menores detalles. En esto entendí muchas cosas que no se decir, y como quería fuese muy delicada en este cumplimiento, que me llevaría muy lejos en el sacrificio y en el amor.
Me ofrecí de tal modo, que nada exceptuaba, ni siquiera el infierno, si allí se pudiese estar amando al Señor, pero luego soy tan cobarde.... El Señor lo remedie, que yo no puedo mas que entregarme a el, con toda mi miseria. He vuelto a sentir ese como deseo de entregarme por las almas y serle fiel para este fin: pensando en lo que el había hecho por ellas, me parecía me decía que no puedo hacer mas, pero que por mi medio podría. Me parece al sentir este inmenso deseo del Señor de la salvación de las almas, que es espantoso no acabar de entregarse a Dios, para que el pueda hacer del todo su obra en el alma, y así hacerla, a pesar de su pobreza, fecunda para darle lo que el desea. Cada vez se presenta a mi alma mas claramente como nada tiene importancia de lo mío, sino solo el que el Señor sea glorificado.
¡Que tesoro me ha dado el Señor al darme esta vida del Carmelo! Todo esta en ella dispuesto con tal sencillez, pero de tal modo, que con vivirla a fondo podría hacerlo todo. ¿Cómo podremos vivir en la casa de la Virgen, agradar con ella al Señor, sin imitarla, como la santa Madre deseaba? Sentí como este es el camino de la carmelita, a ejemplo de Maria, como tenemos que achicarnos, ser de veras pobres, sacrificadas, humildes, nada. Sentí muy profundamente como Jesús nos da en su vida continuos ejemplos de sacrificios, de humillación, de empequeñecernos, y no lo entendemos; sentí su misericordia y el celo de las almas por este camino, que aquí esta la fuerza que, por su misericordia, puede tener nuestra vida. Que en esto, con su gracia, bien podría yo, tan pobre absolutamente de todo, imitarle con mas facilidad que otras criaturas. Me parecía también entender que muchas de estas luces no me las daba solo para mi, sino para poder guiar a mis hermanas. Lo único que hago es, multitud de veces al día, decir al Señor que solo quiero vivir para amarle y agradarle, que quiero todo cuanto el quiera y como el quiera.
RESPONSORIO Cf. Mt. 25,1.2.10:Sal 118,16;39,9
R. Virgen prudente, a quien el esposo encontró velando, con la lámpara encendida.* Entra en el banquete de las bodas eternas.
V. Tu voluntad es mi delicia, llevo tu ley en las entrañas. *Entra en el banquete.
Oración
Oh Dios, que atrajiste a la beata Maria Maravillas de Jesús a los secretos del corazón de tu hijo, concédenos, por su intercesión y ejemplo, que, experimentando las delicias de tu amor, cooperemos a la salvación de las almas. Por nuestro Señor Jesucristo.