Oficio Propio Carmelita – 14 de Nov.
TODOS LOS SANTOS CARMELITAS
Fiesta
Los santos del Carmelo son una inmensa muchedumbre de Hermanos nuestros que consagraron su vida a Dios, abrazando las enseñanzas del divino Maestro e imitando su vida, y se entregaron al servicio de la Virgen Maria en la oración, la abnegación evangélica y el amor a las almas, sellado a veces con su sangre. Ermitaños del Carmelo, mendicantes de la Edad media, doctores y predicadores, misioneros y mártires; monjas que dilataron el pueblo de Dios con la misteriosa fecundidad de su vida contemplativa; religiosas que descubrieron el rostro de Cristo a sus hermanos con el apostolado sanitario o docente, sobre todo en tierras de misión; seglares que en medio del mundo supieron encarnar el espíritu de la orden. Toda la familia del Carmelo de la patria con Maria, su madre, a la cabeza constituye en este día el motivo de nuestro gozo y nuestra alabanza al Padre. Recordamos a nuestros hermanos que ayer se dedicaban a la asidua oración en la tierra y hoy participan en la liturgia del cielo, y nos unimos espiritualmente a su gloria, mientras peregrinamos por los caminos que ellos, animosos, recorrieron, viviendo en obsequio de Cristo y siguiendo las huellas de nuestra Señora.
Invitatorio
Ant. Venid, adoremos a Cristo Jesús, hijo de María, del que procede toda santidad.
Oficio de lectura
HIMNO
Caminemos para el cielo,
“hijos del Carmelo”.
La pobreza es el camino,
el mismo por donde vino
nuestro Emperador al suelo,
“hijos del Carmelo”
No deja de nos amar
nuestro Dios y nos llamar;
sigámosle sin recelo,
“hijos del Carmelo”
Vámonos a enriquecer
a donde nunca ha de haber
pobreza ni desconsuelo,
“hijos del Carmelo”.
Y al padre Elías siguiendo,
nos vamos contradiciendo
con su fortaleza y celo,
“hijos del Carmelo”
Y si así lo hacemos,
los contrarios venceremos
y al fin descansaremos
con el que hizo tierra y cielo,
“hijos del Carmelo”
SALMODIA
Ant. 1 Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.
Salmo I
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
En el juicio los impíos no se levantarán,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
Ant. 1 Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.
Ant. 2 Dio el Señor su heredad a los que Veneran su nombre.
Salmo 60
Dios mío, escucha mi clamor,
atiende a mi súplica;
te invoco desde el confín de la tierra
con el corazón abatido:
llévame a una roca inaccesible,
porque tú eres mi refugio
y mi bastión contra el enemigo.
Habitaré siempre en tu morada,
refugiado al amparo de tus alas;
porque tú, oh Dios, escucharás mis votos
y me darás la heredad de los que veneran tu nombre.
Añade días a los días del rey,
que sus años alcancen varias generaciones;
que reine siempre en presencia de Dios,
que tu gracia y tu lealtad le hagan guardia.
Yo tañeré siempre en tu honor,
e iré cumpliendo mis votos día tras día.
Ant. 2 Dio el Señor su heredad a los que Veneran su nombre.
Ant 3 Los traeré a mi monte santo, los alegrare en mi casa de oración.
Salmo 83
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:
Cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de baluarte en baluarte
hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria;
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en tí!
Ant 3 Los traeré a mi monte santo, los alegrare en mi casa de oración.
V. Una luz sin ocaso brillara, Señor sobre tus santos.
R. Y la eternidad los esclarecerá.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 19.1-2ª.4-10;21,1-7
Gloria de los santos en la nueva Jerusalén
Después oí en el cielo como un gran ruido de muchedumbre inmensa que decía: "¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, 2 porque sus juicios son verdaderos y justos Entonces los veinticuatro Ancianos y los cuatro Vivientes se postraron y adoraron a Dios, que está sentado en el trono, diciendo: "¡Amén! ¡Aleluya!" 5 Y salió una voz del trono, que decía: "Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos = y los que le teméis, pequeños y grandes." 6 Y oí el ruido de muchedumbre inmensa y como el ruido de grandes aguas y como el fragor de fuertes truenos. Y decían: "¡Aleluya! Porque ha establecido su reinado el Señor, nuestro Dios Todopoderoso. 7 Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado 8 y se le ha concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura - el lino son las buenas acciones de los santos". - 9 Luego me dice: "Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero." Me dijo además: "Estas son palabras verdaderas de Dios." 10 Entonces me postré a sus pies para adorarle, pero él me dice: "No, cuidado; yo soy un siervo como tú y como tus hermanos que mantienen el testimonio de Jesús. A Dios tienes que adorar." El testimonio de Jesús es el espíritu de profecía. Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya.
2 Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. 3 Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: "Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él Dios con ellos, será su Dios.
4 Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado." 5 Entonces dijo el que está sentado en el trono: "Mira que hago un mundo nuevo." Y añadió: "Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas." 6 Me dijo también: "Hecho está: yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin; al que tenga sed, yo le daré del manantial del agua de la vida gratis. 7 Esta será la herencia del vencedor: yo seré Dios para él, y él será hijo para mi
RESPONSORIO Ap. 3, 5ª; 21,6b
R. El vencedor se vestirá de blancas vestiduras *Y no borrare su nombre del libro de la vida.
V. Los sedientos beberán de balde de la fuente de agua viva. * Y no borrare
SEGUNDA LECTURA
De las Obras de santa Teresa de Jesús, Virgen y doctora de la Iglesia.
Todas las que tenemos este habito sagrado del Carmen somos llamadas a la oración y contemplación (porque este fue nuestro principio, de esta casta venimos, de aquellos santos padres nuestros del Monte Carmelo, que en tan gran soledad y con tanto desprecio del mundo buscaban este tesoro, esta preciosa margarita).
Acordémonos de nuestros padres santos pasados, ermitaños, cuya vida pretendemos imitar. Tengamos delante nuestros fundadores verdaderos, que son aquellos santos padres de donde descendimos, que sabemos que por aquel camino de pobreza y humildad gozan de Dios.
Oigo algunas veces de los principios de las Ordenes decir que, como eran los cimientos, hacia el Señor mayores mercedes a aquellos santos nuestros pasados. Y es así mas siempre habían de mirar que son cimientos de los que están por venir. Porque si ahora los que vivimos no hubiésemos caído de lo que los pasados, y los que viniesen después de nosotros hiciesen otro tanto, siempre estaría firme el edificio.
¿Qué me aprovecha a mi que los santos pasados hayan sido tales, si yo soy tan ruin después que dejo estragado con la mala costumbre el edificio? Porque esta claro que los que vienen no se acuerdan tanto de los que a muchos años que pasaron como de los que ven presentes. Donosa cosa es que lo eche yo a no ser de las primeras, y no mire la diferencia que hay de mi vida y virtudes a la de aquellos a quien Dios hacia tan grandes mercedes.
Si viere va cayendo en algo su Orden, procure ser piedra tal con que se torne a levantar el edificio, que el Señor ayudara para ello.
Por amor de nuestro Señor les pido se acuerden cuan presto se acaba todo y la merced que nos ha hecho nuestro Señor a traernos a esta Orden y la gran pena que tendrá quien comenzare alguna relajación; sino que pongan siempre los ojos en la casta de donde venimos, de aquellos santos profetas:!que de santos tenemos en el cielo que trajeron este habito! Tomemos una santa presunción, con el favor de Dios, de ser nosotros como ellos. Poco durara la batalla, y el fin es eterno.
RESPONSORIO 2 Co 6, 16;Cf. Lv 26,11a
R. Habitare y caminare con ellos; * Y seré su Dios y ellos serán mi pueblo:
V. Estableceré mi morada en medio de ellos. * y seré.
Oficio de Vigilia
Ant. Tienen la belleza del Carmelo; ellos verán la gloria del Señor y la belleza de nuestro Dios.
Cántico I Sb. 3, 1-6
1 En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno.
2 A los ojos de los insensatos pareció que habían muerto; se tuvo por quebranto su salida,
Fiesta
Los santos del Carmelo son una inmensa muchedumbre de Hermanos nuestros que consagraron su vida a Dios, abrazando las enseñanzas del divino Maestro e imitando su vida, y se entregaron al servicio de la Virgen Maria en la oración, la abnegación evangélica y el amor a las almas, sellado a veces con su sangre. Ermitaños del Carmelo, mendicantes de la Edad media, doctores y predicadores, misioneros y mártires; monjas que dilataron el pueblo de Dios con la misteriosa fecundidad de su vida contemplativa; religiosas que descubrieron el rostro de Cristo a sus hermanos con el apostolado sanitario o docente, sobre todo en tierras de misión; seglares que en medio del mundo supieron encarnar el espíritu de la orden. Toda la familia del Carmelo de la patria con Maria, su madre, a la cabeza constituye en este día el motivo de nuestro gozo y nuestra alabanza al Padre. Recordamos a nuestros hermanos que ayer se dedicaban a la asidua oración en la tierra y hoy participan en la liturgia del cielo, y nos unimos espiritualmente a su gloria, mientras peregrinamos por los caminos que ellos, animosos, recorrieron, viviendo en obsequio de Cristo y siguiendo las huellas de nuestra Señora.
Invitatorio
Ant. Venid, adoremos a Cristo Jesús, hijo de María, del que procede toda santidad.
Oficio de lectura
HIMNO
Caminemos para el cielo,
“hijos del Carmelo”.
La pobreza es el camino,
el mismo por donde vino
nuestro Emperador al suelo,
“hijos del Carmelo”
No deja de nos amar
nuestro Dios y nos llamar;
sigámosle sin recelo,
“hijos del Carmelo”
Vámonos a enriquecer
a donde nunca ha de haber
pobreza ni desconsuelo,
“hijos del Carmelo”.
Y al padre Elías siguiendo,
nos vamos contradiciendo
con su fortaleza y celo,
“hijos del Carmelo”
Y si así lo hacemos,
los contrarios venceremos
y al fin descansaremos
con el que hizo tierra y cielo,
“hijos del Carmelo”
SALMODIA
Ant. 1 Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.
Salmo I
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
En el juicio los impíos no se levantarán,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
Ant. 1 Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.
Ant. 2 Dio el Señor su heredad a los que Veneran su nombre.
Salmo 60
Dios mío, escucha mi clamor,
atiende a mi súplica;
te invoco desde el confín de la tierra
con el corazón abatido:
llévame a una roca inaccesible,
porque tú eres mi refugio
y mi bastión contra el enemigo.
Habitaré siempre en tu morada,
refugiado al amparo de tus alas;
porque tú, oh Dios, escucharás mis votos
y me darás la heredad de los que veneran tu nombre.
Añade días a los días del rey,
que sus años alcancen varias generaciones;
que reine siempre en presencia de Dios,
que tu gracia y tu lealtad le hagan guardia.
Yo tañeré siempre en tu honor,
e iré cumpliendo mis votos día tras día.
Ant. 2 Dio el Señor su heredad a los que Veneran su nombre.
Ant 3 Los traeré a mi monte santo, los alegrare en mi casa de oración.
Salmo 83
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:
Cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de baluarte en baluarte
hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria;
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en tí!
Ant 3 Los traeré a mi monte santo, los alegrare en mi casa de oración.
V. Una luz sin ocaso brillara, Señor sobre tus santos.
R. Y la eternidad los esclarecerá.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 19.1-2ª.4-10;21,1-7
Gloria de los santos en la nueva Jerusalén
Después oí en el cielo como un gran ruido de muchedumbre inmensa que decía: "¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, 2 porque sus juicios son verdaderos y justos Entonces los veinticuatro Ancianos y los cuatro Vivientes se postraron y adoraron a Dios, que está sentado en el trono, diciendo: "¡Amén! ¡Aleluya!" 5 Y salió una voz del trono, que decía: "Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos = y los que le teméis, pequeños y grandes." 6 Y oí el ruido de muchedumbre inmensa y como el ruido de grandes aguas y como el fragor de fuertes truenos. Y decían: "¡Aleluya! Porque ha establecido su reinado el Señor, nuestro Dios Todopoderoso. 7 Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado 8 y se le ha concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura - el lino son las buenas acciones de los santos". - 9 Luego me dice: "Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero." Me dijo además: "Estas son palabras verdaderas de Dios." 10 Entonces me postré a sus pies para adorarle, pero él me dice: "No, cuidado; yo soy un siervo como tú y como tus hermanos que mantienen el testimonio de Jesús. A Dios tienes que adorar." El testimonio de Jesús es el espíritu de profecía. Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya.
2 Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. 3 Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: "Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él Dios con ellos, será su Dios.
4 Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado." 5 Entonces dijo el que está sentado en el trono: "Mira que hago un mundo nuevo." Y añadió: "Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas." 6 Me dijo también: "Hecho está: yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin; al que tenga sed, yo le daré del manantial del agua de la vida gratis. 7 Esta será la herencia del vencedor: yo seré Dios para él, y él será hijo para mi
RESPONSORIO Ap. 3, 5ª; 21,6b
R. El vencedor se vestirá de blancas vestiduras *Y no borrare su nombre del libro de la vida.
V. Los sedientos beberán de balde de la fuente de agua viva. * Y no borrare
SEGUNDA LECTURA
De las Obras de santa Teresa de Jesús, Virgen y doctora de la Iglesia.
Todas las que tenemos este habito sagrado del Carmen somos llamadas a la oración y contemplación (porque este fue nuestro principio, de esta casta venimos, de aquellos santos padres nuestros del Monte Carmelo, que en tan gran soledad y con tanto desprecio del mundo buscaban este tesoro, esta preciosa margarita).
Acordémonos de nuestros padres santos pasados, ermitaños, cuya vida pretendemos imitar. Tengamos delante nuestros fundadores verdaderos, que son aquellos santos padres de donde descendimos, que sabemos que por aquel camino de pobreza y humildad gozan de Dios.
Oigo algunas veces de los principios de las Ordenes decir que, como eran los cimientos, hacia el Señor mayores mercedes a aquellos santos nuestros pasados. Y es así mas siempre habían de mirar que son cimientos de los que están por venir. Porque si ahora los que vivimos no hubiésemos caído de lo que los pasados, y los que viniesen después de nosotros hiciesen otro tanto, siempre estaría firme el edificio.
¿Qué me aprovecha a mi que los santos pasados hayan sido tales, si yo soy tan ruin después que dejo estragado con la mala costumbre el edificio? Porque esta claro que los que vienen no se acuerdan tanto de los que a muchos años que pasaron como de los que ven presentes. Donosa cosa es que lo eche yo a no ser de las primeras, y no mire la diferencia que hay de mi vida y virtudes a la de aquellos a quien Dios hacia tan grandes mercedes.
Si viere va cayendo en algo su Orden, procure ser piedra tal con que se torne a levantar el edificio, que el Señor ayudara para ello.
Por amor de nuestro Señor les pido se acuerden cuan presto se acaba todo y la merced que nos ha hecho nuestro Señor a traernos a esta Orden y la gran pena que tendrá quien comenzare alguna relajación; sino que pongan siempre los ojos en la casta de donde venimos, de aquellos santos profetas:!que de santos tenemos en el cielo que trajeron este habito! Tomemos una santa presunción, con el favor de Dios, de ser nosotros como ellos. Poco durara la batalla, y el fin es eterno.
RESPONSORIO 2 Co 6, 16;Cf. Lv 26,11a
R. Habitare y caminare con ellos; * Y seré su Dios y ellos serán mi pueblo:
V. Estableceré mi morada en medio de ellos. * y seré.
Oficio de Vigilia
Ant. Tienen la belleza del Carmelo; ellos verán la gloria del Señor y la belleza de nuestro Dios.
Cántico I Sb. 3, 1-6
1 En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno.
2 A los ojos de los insensatos pareció que habían muerto; se tuvo por quebranto su salida,
3 y su partida de entre nosotros por completa destrucción; pero ellos están en la paz.
4 Aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad;
5 por una corta corrección recibirán largos beneficios. pues Dios los sometió a prueba y los halló dignos de sí;
4 Aunque, a juicio de los hombres, hayan sufrido castigos, su esperanza estaba llena de inmortalidad;
5 por una corta corrección recibirán largos beneficios. pues Dios los sometió a prueba y los halló dignos de sí;
6 como oro en el crisol los probó y como holocausto los aceptó
Cántico II Sb. 3, 7-9
7 El día de su visita resplandecerán, y como chispas en rastrojo correrán.
Cántico II Sb. 3, 7-9
7 El día de su visita resplandecerán, y como chispas en rastrojo correrán.
8 Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos y sobre ellos el Señor reinará eternamente.
9 Los que en él confían entenderán la verdad y los que son fieles permanecerán junto a él en el amor, porque la gracia y la misericordia son para sus santos y su visita para sus elegidos.
Cántico III Sb. 10, 17-21
17 pagó a los santos el salario de sus trabajos; los guió por un camino maravilloso, fue para ellos cobertura durante el día y lumbre de estrellas durante la noche;
18 les abrió paso por el mar Rojo y los condujo a través de las inmensas aguas,
19 mientras a sus enemigos los sumergió y luego los hizo saltar de las profundidades del abismo.
20 De este modo los justos despojaron a los impíos; entonaron cantos, Señor, a tu santo Nombre y unánimes celebraron tu mano protectora, 21 porque la Sabiduría abrió la boca de los mudos e hizo claras las lenguas de los pequeñuelos.
Ant. Tienen la belleza del Carmelo; ellos verán la gloria del Señor y la belleza de nuestro Dios.
EVANGELIO Mt. 25, 34-46
34 Entonces dirá el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme." 37 Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?" 40 Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis."41 Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles.42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;43 era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis."44 Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?"45 Y él entonces les responderá: "En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo."46 E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna."
Himno Te Deum
V. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
R. Sé su pastor y ensálzalo eternamente.
V. Día tras día te bendecimos
R. y alabamos tu nombre para siempre, por eternidad de eternidades.
V. Dígnate, Señor, en este día guárdanos del pecado.
R. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
V. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
R. En ti, Señor, confié, no me veré defraudado para siempre.
Oración
Te pedimos, Señor, que nos asistan con su protección la Santísima virgen Maria, nuestra madre, y Todos los Santos de la familia del Carmelo, para que, imitando con fidelidad sus ejemplos, sirvamos generosamente a tu Iglesia con la oración y la vida apostólica. Por nuestro Señor.
Oración como en Laúdes
Laúdes
HIMNO
Carmen de nuestra Señora,
al despuntar la alborada,
canta música callada
en tu soledad sonora.
Hoy los carmelitas santos
nos dan a la amanecida
sus ideales de vida
a cambio de nuestros cantos.
Teresa con su sencillo
Camino de perfección
nos guiá por la oración
y virtudes del castillo
Desde el eterno horizonte
san Juan de la Cruz enseña
donde llega quien se empeña
por la subida del monte.
Nimbada de la fragancia
de sus rosas, Teresita
a seguirla nos invita
por el camino de infancia.
Los santos que en soledad
fueron de Dios por entero
nos descubren el sendero
que va a la interioridad.
Los que emularon el celo
de Elías y de Teresa
nos convocan a la empresa
misionera del Carmelo.
Tributemos homenaje
de amor a la trinidad
que hizo a Maria heredad
y honor de nuestro linaje.
Amen.
SALMODIA
Ant.1 Tus fieles, Señor, entregados a la oraciónvigilante, contemplaron tu poder y tu gloria.
Salmo 62,2-9
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Ant.1 Tus fieles, Señor, entregados a la oración vigilante, contemplaron tu poder y tu gloria.
Ant.2 Santos y santas de Dios, bendecid al Señor por siempre.
Cántico Dn 3, 57-88.56
Toda la creación alabe al Señor
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Angeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant.2 Santos y santas de Dios, bendecid al Señor por siempre.
Ant. 3 Ni el ojo vio, ni el oído oyó, lo que Dios Ha preparado para los que le aman.
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Ant. 3 Ni el ojo vio, ni el oído oyó, lo que Dios Ha preparado para los que le aman.
LECTURA BREVE 1P2,9-10
9 Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz10 vosotros que en un tiempo no erais pueblo y que ahora sois el Pueblo de Dios, de los que antes no se tuvo compasión, pero ahora son compadecidos
RESPONSORIO BREVE
R. Alegraos, justos, * Y gozad con el Señor. Alegraos
V. Aclamadlo, los de corazón sincero, *Y gozad. Gloria al Padre. Alegraos.
Ant. Benedictus Una nube ingente de espectadores nos rodea; corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inicio y completa nuestra fe: Jesús.
Benedictus
PRECES
Demos gracias a Dios Padre, que nos alegra hoy con la fiesta de los Santos Carmelitas, nuestros hermanos, y digámosle con los mismos sentimientos de nuestra madre, la Virgen Maria:
Proclaman nuestras almas tu grandeza, Señor.
Tu que llamaste a tu pueblo al desierto para pactar con el una alianza de amor,
-renueva tu alianza con nosotros por Cristo Jesús.
Tu que nos has destinado a ser hermanos de Maria, para acoger Y cumplir tu palabra como ella,
-haznos imitadores de nuestra Señora en el mundo, sirviendo a Cristo y cooperando a su obra redentora.
Tu que nos has llamado al trato de amistad contigo, a ejemplo de Elías,
-Concédenos que, viviendo siempre en tu presencia, nos abrasemos en el amor apasionado de tu gloria.
Tu que has suscitado nuestra familia, para mantener en la Iglesia un alto espíritu de oración,
-ayúdanos a caminar hacia la unión contigo por la senda de la vida teologal, para ser así ante los hombres testigos de la intimidad divina.
Tu que infundiste a nuestros Santos celo y caridad tan ardientes, que no vacilaron en dar la vida por sus hermanos,
-haz que, llevando de continuo la muerte de Cristo en nuestro cuerpo, colaboremos en la tarea de la salvación de los hombres con entrega total.
Padre nuestro..........
Oración
Te pedimos, Señor, que nos asistan con su protección la Santísima virgen Maria, nuestra madre, y Todos los Santos de la familia del Carmelo, para que, imitando con fidelidad sus ejemplos, sirvamos generosamente a tu Iglesia con la oración y la vida apostólica. Por nuestro Señor.
HORA INTERMEDIA
Tercia
LECTURA BREVE Ef. 6, 17-18
17 Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios;18 siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos,
V. Lámpara es tu palabra para mis pasos.
R. Luz en mi sendero.
SEXTA
LECTURA BREVE Ef. 5, 18b-20
Llenaos más bien del Espíritu. 19 Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor, 20 dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.
V. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor.
R. Y te bendigan tus fieles.
NONA
LECTURA BREVE 2Co. 4, 17-18
17 En efecto, la leve tribulación de un momento nos produce, sobre toda medida, un pesado caudal de gloria eterna,18 a cuantos no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles; pues las cosas visibles son pasajeras, mas las invisibles son eternas.
V. Mis elegidos no se fatigaran en vano.
R. Pues serán raza bendita del Señor.
VISPERAS
HIMNO
Cantamos vuestro triunfo, Carmelitas celestes
soldados valerosos de Cristo coronados,
que limpios de las tristes, pesadas armaduras,
inmarcesiblemente pobláis los altos campos.
¡Mártires, escuadrones de mártires purpúreos;
las bocas entreabiertas, la palma entre las manos!
¡Vírgenes, caminantes ejércitos de vírgenes,
que perfumáis los aires con un vestido blanco!
Y ¡vosotros, también, anacoretas,
Terror de los demonios, lirios ensangrentados,
Que en remotos silencios, admirados de fieras,
Sin robar las ciudades volabais a los astros!
¡Oh pueblo luminoso! ¡Carmelo innumerable!
A vosotros, las fijas estrellas sin ocaso,
Nosotros, peregrinos de las noches oscuras,
Os pedimos la lumbre, ¡Celestiales Hermanos! Amén.
SALMODIA
Ant. 1 En la casa de mi Padre hay muchas moradas, dice el Señor.
Salmo 14
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y práctica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aún en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
Ant. 1 En la casa de mi Padre hay muchas moradas, dice el Señor.
Ant. 2 Ya no os llamo siervos; a vosotros os llamo amigos, porque Todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
Salmo 111
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Ant. 2 Ya no os llamo siervos; a vosotros os llamo amigos, porque Todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
Ant. 3 Oí en el cielo como un gran ruido de muchedumbre inmensa Que decía: “!Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios”
Cántico Ap. 4, 11; 5,9.10.12.
11 "Eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; por tu voluntad, no existía y fue creado." Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos porque fuiste degollado y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; 10 y has hecho de ellos para nuestro Dios un Reino de Sacerdotes, y reinan sobre la tierra." "Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza."
Ant. 3 Oí en el cielo como un gran ruido de muchedumbre inmensa Que decía: “!Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios”
LECTURA BREVE Rm. 8, 28-30
Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. 29 Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; 30 y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó.
RESPONSORIO BREVE
R. Los justos se alegran y gozan * En la presencia de Dios. Los justos.
V. Rebosando de alegría * En la presencia. Gloria al Padre. Los justos.
Ant. Magnificat Vosotros, los que lo habéis dejado todo y me habéis seguido, recibiréis cien veces mas y heredareis la vida eterna.
Magnificat
PRECES
Invoquemos a Cristo Salvador, confiados en la ayuda de la Virgen Maria, nuestra madre, y en la intercesión de los Santos Carmelitas, y digámosle:
Santificanos en la verdad.
Tu que has llamado al Carmelo a tus fieles, para que te sigan mas de cerca por el camino de los consejos evangélicos hacia la meta de la caridad perfecta,
- haz que en la Iglesia edifiquemos la verdad sobre el amor.
Tu que avivaste en nuestros Santos el fuego de la caridad fraterna,
-haz florecer en nuestras comunidades el “estilo de hermandad” que implanto Teresa, nuestra madre.
Tu que llamaste a nuestros Santos al servicio e imitación de la Virgen Maria,
-Concédenos caminar siempre en una vida nueva bajo la mirada amorosa de la madre y reina del Carmelo.
Tu que has elegido a los carmelitas para que se comprometan en la conquista del “castillo interior” y aspiren a la unión divina,
-enséñanos a compartir los tesoros de la contemplación con los hombres, nuestros hermanos.
Tu que eres corona inmarcesible y gozo cumplido de nuestros Santos.
-Otorga a los difuntos carmelitas tu luz eterna en las moradas del cielo.
Padre nuestro.........
Oración
Te pedimos, Señor, que nos asistan con su protección la Santísima virgen Maria, nuestra madre, y Todos los Santos de la familia del Carmelo, para que, imitando con fidelidad sus ejemplos, sirvamos generosamente a tu Iglesia con la oración y la vida apostólica. Por nuestro Señor.